Recorrido institucional
Nuestro proyecto inaugural tuvo por eje la implementación y puesta a punto de una posición institucional (formación del equipo, organización de los grupos de concurrentes, articulación interdisciplinaria) en la cual la diversificación del campo de estimulación y despliegue y la centralidad de la experiencia vincular constituyeran la base de procesos de orden terapéutico. De este modo, a lo largo del año 2000 se situaron coordenadas decisivas en la tarea de CETEI, como lo son la habilitación de un encuadre que promueve procesos de estructuración subjetiva a partir de la experiencia compartida, la instauración de una modalidad de relación simétrica y acorde a las necesidades e inquietudes propias de la edad y situación de sus concurrentes, la formalización de un espacio de orientación y reflexión con sus familiares, la producción de un marco interdiscursivo de lectura acerca de las distintas prácticas especializadas y sus alcances, la apertura de espacios de formación y de práctica para estudiantes y graduados de carreras vinculadas con este campo de actividad y la promoción de vertientes de elaboración teórica respecto de la labor institucional, tanto mediante la producción de artículos y ensayos como a través de la participación en jornadas, congresos y otros ámbitos de producción científica y académica.
Si bien cada una de las etapas de nuestro proyecto institucional articula necesariamente una referencia respecto del contexto social e histórico, entre los años 2001 y 2003 dicha articulación se tornó especialmente gravitante, en virtud de la situación de crisis generalizada que se extendió durante ese período en nuestro país, tanto a nivel social, político y económico como en su impacto en el lazo social, la producción social de sentido y la subjetividad. Su repercusión en el ámbito institucional no sólo se manifestó a través de la precarización de su estabilidad desde el punto de vista económico, sino también, y más fundamentalmente, por imponer al Centro de Día la necesidad de operar en una función de “refugio”, desde donde se pudieran jugar las condiciones de reconstrucción de la previsibilidad, la contención y la estabilidad psíquica y vincular que aparecían fuertemente socavadas en múltiples escenarios de la vida colectiva.
En tal contexto, durante dicho período se pusieron en marcha dos propuestas orientadas a la inserción comunitaria de nuestra práctica institucional (un Concurso de Manchas y un Concurso de Cuentos Cortos), de modo tal que la ampliación cuantitativa de instancias de socialización fuera acompañada por una rotación cualitativa -en términos de mayor protagonismo e implicación- del uso del espacio público. Asimismo, en dicho período se emprendió la dinamización y consolidación de los criterios de admisión y egreso de los concurrentes, de modo tal que, por una parte, comienza a visualizarse la idoneidad de este espacio para operar terapéuticamente con personas en las que la problemática del retraso mental o bien no constituye el elemento predominante del cuadro (por su imbricación con procesos de orden psicótico), o bien se expresa en un plano funcional como decurso de un proceso deteriorante, y, por la otra, se perfila una modalidad operativa que posibilita la construcción de criterios de finalización de los tratamientos, habilitando de este modo la puesta en cuestión de las condiciones de cronificación que suele caracterizar la atención institucional de personas con discapacidad intelectual. Por último, en lo que respecta a la organización y dinámica del Centro de Día, se generó un criterio de conformación de los grupos que, sin limitar su fluidez, permitiera dar cuenta de los requerimientos específicos de sus integrantes desde una perspectiva adecuada al perfil de la demanda de admisión, y más elaborada que la basada en una -teóricamente discutible y empíricamente imprecisa- gradación de niveles de retraso mental.
Entre los años 2004 y 2007, los objetivos centrales que guiaron el Proyecto Institucional de CETEI se orientaron a promover condiciones crecientes de estructuración de la experiencia psíquica y vincular de los concurrentes, teniendo por eje la oferta diversificada de propuestas expresivas (tanto discursivas como motrices, tanto concretas como simbólicas) que pudieran potenciar el proceso elaborativo desplegado en los diferentes encuadres terapéuticos, y apuntando a la articulación de los contenidos de la experiencia de tratamiento institucional con los ámbitos familiar y social. Para ello, se produjo la progresiva sustitución del modelo basado en la práctica profesional del consultorio por una lógica que, a distancia de una función meramente rehabilitatoria, se incardine en el contexto de una estructura intersubjetiva de trabajo: así, a la creación de un encuadre de Educación Física en reemplazo del área de Kinesiología, se agregó la sustitución del área de Fonoaudiología por un Taller de Expresión, con el propósito de trascender el sesgo medicalizante de las prácticas e intervenciones que abordan el cuerpo y el lenguaje desde una concepción que gravita en torno de sus fallas, trastornos y disfunciones. Concomitantemente, se produjo la individualización creciente de las estrategias de atención, privilegiando los recursos expresivos de cada concurrente, así como la consolidación de una modalidad terapéutica basada en el vínculo, la palabra y la construcción cooperativa de la experiencia; entre tales estrategias, cabe destacar la puesta en marcha de un encuadre orientado a la delimitación y concreción de Proyectos Personales, inscripto dentro del marco del Área de Psicología, con miras a favorecer la plasmación en contextos familiares y sociales de los procesos subjetivantes promovidos en el proceso de tratamiento de los concurrentes.
Entre los años 2008 y 2015, los objetivos principales del Proyecto Institucional de CETEI se orientaron a consolidar y diversificar la relación con el contexto social, de modo tal de priorizar la inserción comunitaria de la actividad institucional. Por una parte, se diseñó y emprendió el proyecto de realización de Murales Cerámicos en espacios públicos y en articulación con la comunidad, los que fueron plasmados el la fachada del Club Premier de Caballito, en la del Centro de Día AIMO en Almagro y en diversas intervenciones en la fachada y espacios comunes de la propia sede institucional. Por otra parte, en 2012 se dio diseño a dos nuevos proyectos: el Proyecto de Participación Comunitaria, a través del cual los concurrentes de CETEI construyeron y fabricaron juegos, juguetes y materiales didácticos para su utilización por los niños que asistían a una juegoteca comunitaria del barrio de San Telmo, y el Primer Festival Nacional de Cortos Audiovisuales realizados por personas con discapacidad, realizado en el mes de noviembre de 2012 en el Cine Gaumont de esta Cuidad, y que tuvo en 2014 su segunda edición (Cine.tiquet.ar/Toma II), nuevamente en el Cine Gaumont y con la participación de trabajos realizados por concurrentes de diversas instituciones de todo el país. A su vez, se implementó en esta etapa un encuadre específico que, si bien vinculado con las restantes estrategias desplegadas en el ámbito institucional, desarrolla un proyecto sistemático centrado en actividades de Recreación y Socialización, dirigido a expandir y consolidar las vías de despliegue de los concurrentes en el espacio social. Por otra parte, y en virtud de la experiencia de vida autónoma que tres concurrentes de CETEI comenzaron a transitar, se emprendió la realización de un conjunto de nuevas articulaciones entre las actividades desarrolladas en el Centro de Día y las condiciones cotidianas de desenvolvimiento de cada concurrente en su ámbito doméstico, a fin de impulsar vertientes de afrontamiento de proyectos de vida a futuro que puedan prescindir del recurso a la institucionalización y, en el mayor grado posible, de la gestión por terceros de la situación de cada persona con discapacidad (objetivo que, a su vez, encuentra resonancias significativas en el contexto social, habida cuenta de la creciente necesidad de problematizar las políticas existentes en el campo de la salud mental y de la discapacidad, y de dar cauce a iniciativas que promuevan la desinstitucionalización y la construcción de instancias alternativas de inserción de las personas en situación de desventaja social). Por último, se establecieron los convenios destinados a brindar el marco de reconocimiento académico e institucional de los espacios de formación que brinda CETEI, de modo tal que durante este período se formalizó un acuerdo de colaboración con la Universidad de Zaragoza (España), por el cual nuestro Centro de Día se ubica como sede de prácticas internacionales intensivas destinadas a graduados en disciplinas relacionadas con el campo de la salud mental y la educación provenientes de esa Universidad, a la vez que se estableció también un convenio con la Secretaría de Extensión de la Facultad de Psicología (UBA) para el dictado cuatrimestral de la Pasantía “Discapacidad Mental: dispositivos terapéuticos de proyección comunitaria”, destinada a estudiantes avanzados y graduados de la Licenciatura en Psicología.
Durante el año 2016, la situación institucional se vio fuertemente improntada por las condiciones socioeconómicas y políticas que atravesó nuestro país, y que en el ámbito específico de las instituciones prestadoras de servicios destinados a personas con discapacidad se manifestó fundamentalmente en la pauperización de las condiciones operativas del proceso de trabajo (como derivación del efecto combinado entre los elevados índices de inflación y la demora y/o la interrupción de los pagos por las prestaciones brindadas), pero también en la mutación de las políticas de Estado acerca de la salud, por la cual la perspectiva de derechos y el eje en la inclusión como dimensiones centrales de la mirada sobre la discapacidad parecen retroceder al compás de la creciente gravitación del mercado en la regulación de las relaciones sociales. En dicho contexto, el dispositivo de Centro de Día atravesó situaciones de cierta complejidad que, si bien pudieron resolverse favorablemente, suscitaron efectos de recomposición del equipo y de redefinición de los criterios de trabajo que no formaban parte de los objetivos trazados para dicha etapa. Asimismo, y debido a tales modificaciones, se interrumpieron los espacios de formación que la institución venía desarrollando, habida cuenta de la necesidad de fortalecer y afianzar la estructura de trabajo del equipo como condición previa para la apertura de ámbitos orientados a su transmisión y transferencia.